Dormir bien es esencial para tu salud y para tu seguridad. Dormir también repercute en tu calidad de vida en general. Cuando no duermes lo suficiente, los problemas de somnolencia diurna, de irritabilidad y de concentración pueden hacer que te cueste terminar el día.
Pero no tiene que ser así. Manejar el estrés, organizar tu tiempo y adoptar hábitos de sueño saludables puede ayudarte a dormir lo que necesitas.
¿Cómo controlar el estrés para dormir mejor?
- Anota las cosas. Mantén un anotador junto a la cama. Antes de dormir, escribe lo que debes hacer al día siguiente y cualquier otra cosa que pase por tu mente. Esto puede ayudar a despejar la mente para dormir.
- Planifica actividades tranquilas antes de dormir. Toma un baño, medita, escribe en un diario o lee un libro antes de ir a dormir.
- Practica técnicas de relajación. Las prácticas como la meditación, los ejercicios de respiración y el yoga pueden ayudarte a controlar el estrés.
- Aprende cuándo buscar ayuda profesional. Si tu estrés limita tu sueño de forma considerable o afecta tu vida cotidiana, habla con tu médico. Él puede ayudarte a volver a la normalidad.
¿Cómo administrar tu tiempo para dormir mejor?
- Organízate. Elabora una lista de actividades diaria y una semanal. Decide qué actividades son prioritarias y llévalas a cabo primero.
- Programa los períodos de descanso. Incorpora la relajación a tu agenda; anota estos períodos en tu calendario o en tu lista de actividades, si es necesario.
- Di «No». Es imposible encargarse de todo, así que no intentes hacerlo. Accede a realizar las tareas y a asistir a los acontecimientos que sean más importantes para ti, y rechaza los demás.
¿Cómo crear hábitos para dormir bien?
- Establece horarios fijos para acostarte y para levantarte. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días. (Sí, los fines de semana también.) Ser constante refuerza el ciclo de sueño-vigilia del organismo.
- Evita las siestas durante el día. Dormir siestas durante el día puede afectar el sueño durante la noche. Si duermes siesta, no lo hagas por más de 20 a 30 minutos, y evita hacerlo hacia el final del día.
- Escucha a tu cuerpo. Acuéstate cuando sientas cansancio.
- Evita la cafeína, la nicotina y el alcohol. La cafeína y la nicotina pueden dificultar conciliar el sueño. Además, el alcohol puede interrumpir el sueño más tarde durante la noche.
- Mantente activo durante el día. La actividad física regular puede ayudarte a dormir por la noche. Pero evita hacer ejercicio cuatro o cinco horas antes de ir a dormir.
- No mires el reloj. Si no puedes quedarte dormido, no mires cómo pasan los minutos en el reloj despertador. Esto puede hacer que te mantengas más tiempo despierto. En su lugar, levántate de la cama y haz alguna actividad relajante, como leer. Vuelve a la cama cuando estés cansado.
- Crea un espacio relajante para dormir. Tu habitación debería estar oscura, silenciosa y fresca. La cama debe ser cómoda, y solo debes usarla para dormir y para tener sexo. No comas, no mires televisión ni trabajes en la cama.
- Identifica las cosas que te ayudan a dormir. ¿Necesitas tapones para los oídos para bloquear ruidos o un antifaz para bloquear la luz? ¿Necesitas un ventilador para refrescarte o para que produzca ruido blanco? Si es así, tenlos a mano.