No exagero al decir que México tiene una de las tasas de rotación de personal más elevadas en Latinoamérica: 17% en promedio, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH).
En Argentina, por ejemplo, la mitad de las empresas tiene una rotación inferior al 10%. En Chile, el 41% de las organizaciones experimenta una rotación menor al 5%, mientras que el 24% se encuentra en niveles de entre 5 y 10%.
Regresando a nuestro país, en algunas regiones y en ciertos segmentos, como el retail y la manufactura, la rotación puede superar ¡el 50%! ¿Qué significa esto? Que millones de profesionales en el país dejan sus puestos de trabajo cada año, afectando en gran medida a las organizaciones. Sí, leíste bien: millones de trabajadores.
Un estudio reciente de Apli, startup de software e inteligencia artificial para la selección de talento, estima que 23 millones de mexicanos abandonan su trabajo cada año, provocando pérdidas por 1.1 billones de pesos para las organizaciones.
Otro dato inquietante: de 2021 a la fecha se duplicó el número de personas que abandonaron su empleo por estar descontentos con él. En el primer trimestre de este año, el 25.5% de las personas desempleadas renunciaron a su trabajo anterior por insatisfacción laboral, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Es el nivel más alto para un primer trimestre desde el año 2005, cuando comenzó a medirse el mercado laboral en México a través de esta encuesta.
Una tasa de rotación alta demuestra que no se está trabajando bien con los empleados, se tienen políticas laborales deficientes (por ejemplo, bajos salarios o largas jornadas), se ofrecen prestaciones poco competitivas y el ambiente laboral es tóxico. Esto genera empleados poco comprometidos, insatisfechos e infelices, que constantemente buscan oportunidades en otro lugar.
El problema no es menor. Un estudio del desarrollador de software para recursos humanos, Factorial, concluye que la rotación de talento es uno de los temas que más preocupa a las empresas asentadas en México. Para uno de cada tres centros de trabajo, el abandono de los empleados es una de sus principales preocupaciones en materia de gestión del talento. Y hay muy buenas razones para estar intranquilos: la rotación de personal afecta de manera negativa la estabilidad operativa, la competitividad, la innovación, la reputación y el crecimiento empresarial. Y, por supuesto, las finanzas corporativas.
¿Cómo pueden las compañías enfrentar este reto? Entre otras cosas, mediante la adopción de una cultura organizacional que promueva el bienestar de sus colaboradores, de modo que permanezcan en ellas por mucho tiempo.
Seguramente has leído en muchos medios y canales de comunicación que la mayoría de los trabajadores hoy buscan algo más que un buen salario. Quieren laborar en organizaciones que se preocupen por que sus colaboradores sean felices y les concedan acceso a un mundo de posibilidades para disfrutar lo que realmente les importa en la vida. Esta fue una de las mayores lecciones que nos dejó la pandemia.
Los seres humanos queremos ser felices, entendiendo la felicidad como la integración de todos los elementos que contribuyen a ella: familia, salud, economía, equilibrio entre trabajo y vida personal, reconocimiento y retroalimentación, oportunidades de crecimiento profesional, ambiente laboral positivo y trabajo significativo.
Un empleado feliz está satisfecho con su vida cotidiana: disfruta de sus relaciones, persigue sus pasiones, experimenta emociones positivas, tiene un propósito y se siente bien con su trabajo y todo lo referente a él. Está satisfecho, motivado y comprometido, y además percibe una sensación de bienestar en su entorno laboral. En otras palabras, disfruta de su trabajo de la misma forma que se deleita de algo tan simple como una taza de café. Y disfrutar del trabajo reduce significativamente las probabilidades de que una persona intente renunciar a él.
¿Qué puedes hacer para elevar la felicidad de tus colaboradores y, al mismo tiempo, reducir la rotación del personal? La tendencia apunta a desarrollar propuestas de bienestar personalizadas, a la medida de cada empleado, con enfoque en la flexibilidad, el bienestar físico, financiero y emocional; la inclusión, el liderazgo y la capacitación; la conciliación familiar y el voluntariado corporativo. También, otorgar beneficios superiores a los de la ley, que promuevan el equilibrio entre la vida laboral y personal, como permisos por maternidad y paternidad extendidos, flexibilidad para acudir a eventos familiares, guarderías en el lugar de trabajo, facilidades para llevar mascotas a la oficina, y menos jerarquías. Deja que cualquier trabajador, sin importar su puesto, pueda opinar libremente sobre temas importantes para la organización.
Estas son algunas propuestas que he recogido de las decenas de entrevistas que he realizado a directores generales y líderes de Recursos Humanos de empresas exitosas en gestión de talento. Súmate a la tendencia y humaniza tu plantilla laboral. Pon en marcha proyectos e iniciativas que promuevan emociones positivas. Crea un decálogo de la felicidad o, mejor aún, un departamento específico de Felicidad Laboral que se encargue de que los empleados dejen de ser vistos como recursos productivos para ser tratados como personas.
Probablemente, no todo se podrá ejecutar, pero es importante sentar las bases y empezar a dar prioridad a la felicidad de los trabajadores como un factor de éxito rentable. De acuerdo con mi experiencia, todo se puede: dando un paso a la vez.
