Para los católicos, la Cuaresma es un periodo de reflexión y recogimiento, pues se recuerdan los 40 días que Cristo se retiró a orar en el desierto.
La Cuaresma inicia el Miércoles de Ceniza y finaliza el Domingo de Ramos. Durante este tiempo, la gente deja de consumir carne roja y elige pescados y verduras como platos fuertes. Estos son algunos platillos típicos de la temporada:
- Sopas de leguminosas, como frijoles, lentejas, chícharo y habas.
- Pescado, como bacalao o atún.
- Mariscos preparados en cocteles, ceviches, tostadas, tacos, pescadillas y paella.
- Empanadas de champiñones, rajas o atún.
Antes de comprar, planea
- Revisa qué alimentos tienes en casa para que los aproveches.
- Verifica qué platillos puedes preparar con los alimentos que ya tienes.
- Elabora una lista de lo que te haga falta, pero asegúrate de no salir de tu presupuesto.
- No compres solo pescado; recurre a verduras, frutas, leguminosas, atún y sardina enlatados, y productos lácteos para hacer nutritivos tus platillos.
Durante la compra
- Cuando compres pescado, revisa que tenga los ojos brillantes, cristalinos y saltones, y que la carne esté fresca: debe ser firme y elástica. Al momento de presionarla no deben quedar marcas o huellas.
- Solicita que te muestren la fecha de caducidad de los alimentos a granel, como queso.
- Exige que la báscula siempre marque cero antes de pesar el producto y que tenga el sello de verificación.
- En alimentos secos, como granos, canela, chiles, camarón, charales, pescado salado, jamaica y tamarindo, revisa que estén limpios, sin partículas extrañas (tierra, insectos, moho, etcétera).
Después de la compra
- Una vez guisados, conserva tus platillos en refrigeración, en recipientes bien tapados, hasta por cinco días.