¿Te ha pasado que, mientras hablas con alguien, tu mente se desvía hacia una lista interminable de pendientes? ¿O que por la noche te cuesta dormir, atrapado en pensamientos y preocupaciones que no se detienen?

Estos momentos pueden hacer que te sientas irritable, cansado, ansioso o triste. Pero existe una forma sencilla de romper con este ciclo: dedicar unos minutos al día para enfocar tu atención.

Centrar tu mente en el presente te permitirá disfrutar más de cada instante. A esta práctica, algunos la llaman atención plena, mientras que otros la ven como un entrenamiento de la mente. Cualquiera que sea el nombre, ejercitar tu enfoque mental puede traer grandes beneficios: reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y mejorar tu estado de ánimo.

Aquí tienes un sencillo ejercicio para entrenar tu atención:

Sal y observa una flor. ¿Cuántos pétalos puedes contar? ¿Algunos se superponen? ¿Hay alguno más brillante que otro? ¿Notas líneas o patrones en los pétalos? Si hay cortes en las puntas, ¿cuántos puedes ver?

Esa flor es única en el mundo. La estás observando tal y como es, sin juzgar si es hermosa o no. Simplemente la describes, prestando atención a sus detalles. Este enfoque te conecta con el presente, permitiéndote descubrir aspectos que normalmente pasarías por alto.

Al aplicar esta misma atención al resto de tu entorno, comenzarás a verlo con más profundidad, y esa conexión te ayudará a reducir el estrés.