El pasado 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que nos recuerda, cortesía de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cuidar nuestro bienestar mental es igual de importante que hacerlo con nuestra salud física. Sin embargo, a veces parece que lo olvidamos, especialmente en el ámbito laboral. Este año, el tema elegido por la OMS es un grito de alerta: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”. Y vaya que lo es.
Si lo pensamos un momento, muchos de nosotros pasamos un tercio de nuestras vidas en el trabajo: unas 90,000 horas, en promedio. En México, esta realidad toma un matiz preocupante: somos el país con mayor nivel de estrés laboral en el mundo, de acuerdo con la OMS. ¿Cómo llegamos a esto? Recuerdo haber leído esa estadística y pensar, “No puede ser tan grave”. Pero sí lo es, y los datos lo confirman. La misma OMS dice que el 75% de los trabajadores mexicanos sufre niveles de estrés tan elevados que impactan su salud mental. Y no podemos ignorar cómo la pandemia de COVID-19 exacerbó esta situación, agregando incertidumbre, una mayor carga laboral y esa sensación de agotamiento de la que muchos aún no han podido deshacerse.
Sonia Durán, gerente de Capital Humano en Ecosistemas —una empresa con más de 30 años de experiencia en la selección y contratación de personal especializado en Tecnologías de la Información (TI)—, lo explica con mucha claridad: “El bienestar mental es crucial para la calidad de vida de los colaboradores, ya que impacta directamente en la productividad y el ambiente laboral”. Ella tiene autoridad para decirlo; su experiencia en el área de TI, una de las más demandantes y afectadas por el estrés y la ansiedad, la respalda.
¿Cómo cuidar el bienestar mental de los empleados?
Los efectos del estrés prolongado no son solo cifras en un reporte; son la realidad de miles de trabajadores. Errores en el trabajo, falta de creatividad, fatiga constante… todos estos son signos de que algo no está bien. Sonia también comparte un dato alarmante: el 42% de los empleados en México reporta síntomas de ansiedad, mientras que el 27% presenta signos de depresión. Estos números reflejan las historias de miles de personas que, muchas veces en silencio, tratan de mantener el equilibrio entre las presiones laborales y las expectativas.
Afortunadamente, la conversación sobre la salud mental está comenzando a tomar fuerza en las empresas mexicanas. Un ejemplo es la Norma Oficial Mexicana NOM-035, que obliga a las organizaciones a prevenir los riesgos psicosociales en el trabajo. Pero no se trata de cumplir únicamente con la norma, sino de transformar la cultura empresarial. Necesitamos crear entornos de trabajo donde los colaboradores se sientan seguros y apoyados, porque mantener colaboradores felices y saludables es un tema ético, pero también un pilar para el éxito de cualquier organización.
Algunas empresas están adoptando formas más flexibles de trabajar, como el trabajo remoto o híbrido, lo que ha traído un respiro a muchos. Estas nuevas modalidades han demostrado reducir el estrés laboral y han mejorado el equilibrio entre la vida personal y profesional. He escuchado testimonios de personas que me cuentan cómo ahora pueden pasar más tiempo con sus familias, hacer lo que más disfrutan o, simplemente, desconectarse un poco de las obligaciones.
Sin embargo, la clave no es imponer un modelo único para todos. Cada empresa y cada colaborador tienen sus propias necesidades, y la flexibilidad y la confianza son esenciales para encontrar el equilibrio adecuado. La salud mental no es algo que se deba resolver con soluciones genéricas; es necesario un enfoque personalizado, adaptado a la realidad de cada organización.
Aquí te comparto algunas ideas sobre cómo las organizaciones pueden marcar la diferencia en este aspecto tan crucial:
- Implementar un programa de bienestar que incluya la salud mental. Esto es esencial porque impacta directamente en el éxito y la sostenibilidad de una empresa. Los principales beneficios de un programa de bienestar corporativo son los siguientes:
- Mejora la productividad: Cuando los empleados están mentalmente sanos, son más productivos. El estrés y los problemas emocionales reducen la concentración, la creatividad y la capacidad de tomar decisiones. Un programa que priorice la salud mental ayuda a que los colaboradores puedan manejar mejor sus emociones y, como resultado, se desempeñen mejor en sus tareas.
- Reduce el ausentismo y la rotación: El estrés, la ansiedad y la depresión son algunas de las principales causas de ausentismo laboral y de rotación de empleados. Cuando una empresa ofrece apoyo emocional y recursos de salud mental, los empleados son menos propensos a ausentarse o a renunciar debido al agotamiento mental o al malestar emocional.
- Fomenta un ambiente laboral positivo: Un entorno de trabajo que promueve el bienestar mental crea un espacio donde los empleados se sienten valorados y apoyados. Esto no solo aumenta la satisfacción laboral, sino que también mejora las relaciones entre los colaboradores, reduciendo tensiones y conflictos.
- Promueve la innovación y creatividad: Un ambiente libre de estrés y con apoyo emocional fomenta que los empleados sean más creativos e innovadores. Cuando las personas no están agobiadas por el agotamiento mental, pueden explorar nuevas ideas y tomar riesgos calculados que benefician a la empresa.
- Cobertura de salud mental. Así como buscamos tener una buena cobertura para nuestras visitas al médico, deberíamos asegurarnos de contar con un plan que incluya acceso a servicios de salud mental. Psicólogos, terapeutas o cualquier otro tipo de apoyo emocional debería estar al alcance de los colaboradores. Es preocupante que muchos de estos servicios no estén cubiertos o sean inaccesibles para los empleados.
- Fomentar la comunicación constante. No basta con ofrecer recursos; es fundamental que se hable abiertamente sobre la salud mental. Incluir este tema en boletines, reuniones y capacitaciones ayuda a desestigmatizarlo. La educación sobre resiliencia y bienestar emocional es una herramienta poderosa para los colaboradores.
- Visibilizar y facilitar el uso de Programas de Asistencia al Empleado (PAE). Estos programas son una herramienta valiosa, pero si los empleados no saben cómo utilizarlos o sienten miedo de pedir ayuda, pierden su efectividad. La comunicación es clave. Los boletines mensuales son excelentes herramientas para recordar a los empleados que estos programas existen y que están ahí para apoyarlos.
- Cuidar las conexiones humanas. No debemos olvidar la importancia de las relaciones humanas. Crear espacios donde los empleados puedan socializar y compartir momentos de descanso es fundamental. Porque, al final, todos necesitamos sentirnos acompañados y saber que contamos con alguien para compartir un café o una conversación sincera.
- Liderar con empatía y comprensión. Un buen líder debe ser empático. A veces, lo que un empleado necesita no es una solución inmediata, sino que alguien lo escuche y le diga: “Noto que no te sientes bien. ¿Te gustaría salir a caminar un rato?”. Esa simple muestra de interés puede cambiar el día de una persona. Sería ideal que las empresas implementaran herramientas, como encuestas de clima laboral, para conocer cómo se siente su equipo. No para juzgar, sino para ayudar.
Priorizar la salud mental en el trabajo no es solo una cuestión de números o de cumplir con una norma, es un acto de humanidad. Cada colaborador que se siente valorado, escuchado y apoyado contribuye a un ambiente laboral más sano, más productivo y más feliz. Cuidar del bienestar emocional de las personas es invertir en el futuro de las empresas. Porque, cuando nos sentimos bien, damos lo mejor de nosotros mismos. Y eso, sin duda, crea organizaciones más fuertes y una sociedad más equilibrada.
Claudia Cerezo – Periodista y editora.
